jueves, 28 de febrero de 2013

Los nombres del abismo


Se que es un título un tanto novelesco, pero si lo pensáis bien, puesto que hoy vamos a hablar sobre desempleo, creo que está completamente justificado. Existen varios tipos de desempleo dependiendo se las características de éste. Lógicamente, ningún desempleo es bueno, pero puede ser peor que el anterior conforme pasa de una categoría a otra.

Los tipos de desempleo son friccional, estacional, cíclico y estructural. Veámoslos con un ejemplo si os parece.

La Villa de Macondo era un pueblecito bastante típico. La gente, mal que bien, se iba ganando la vida. De vez en cuando, alguien dejaba su empleo para buscar algo mejor. Entre que lo encontraba y empezaba a trabajar, pasaba un tiempo relativamente corto.

Esto es desempleo friccional.

Algunos de los trabajadores del pueblo vivían de la recogida de aceitunas en invierno y de la de fresas en verano. El resto del año no solían encontrar otros trabajos de modo que, entre la recogida de unas y de otras, solían estar desempleados. O lo que es lo mismo, trabajan dependiendo de la estación en la que se encontraban.

Esto es desempleo estacional.

Con la entrada del país al que pertenecía Macondo en la Unión Europea, se vivió un ciclo expansivo de la economía. Desde Bruselas llegaban muchas subvenciones para todo y la gente comenzó a trabajar de forma masiva. Se construyeron nuevas casas, se abrieron nuevos negocios y se contrató a todo el mundo que estaba en edad de trabajar. El dinero fluía y la economía crecía sin parar. Con el tiempo, el crecimiento se agotó y, con él, el cliclo de prosperidad. Mucha gente perdió su trabajo y quedó en el paro.

Esto es desempleo cíclico.

Muchos de los que habían quedado parados eran jóvenes en edad de estudiar. Para intentar encontrar empleo, volvieron a los libros y, como alguien había dicho que los ordenadores eran el futuro, empezaron a estudiar todos lo mismo: informática. Sin embargo, Macondo era un pueblecito pequeño en el que apenas había ordenadores, todo se hacía como antes y, por tanto, cuando los jóvenes acabaron de estudiar se dieron cuenta de que no había demanda para tanta oferta de especialistas en informática y, tristemente, volvieron al paro sin esperanza de encontrar trabajo en Macondo.

Esto es desempleo estructural.

Si lo pensáis, un país no puede tener pleno empleo. Siempre habrá un mínimo de desempleo friccional. El problema no es este tipo de desempleo, sino los dos últimos. Tanto el desempleo cíclico como el estructural son terribles para una economía.

En el cíclico, mucha gente que se ha acostumbrado a vivir de un modo, tiene que volver a “desacostumbrarse” a ese ritmo de vida pretérito. Para intentar subsistir, se pasan a trabajos estacionales.

Con el tiempo, y si no se hace nada, todo el desempleo generado por el cambio de ciclo, se convierte en desempleo estructural, proviniente de una mano de obra que no cuadra para nada con las necesidades de la economía del país y ahí, es cuando se está en un pozo sin fondo.

Es ahí cuando los parados se convierten en juguetes rotos de una economía que fue y no será nunca más, en números para que los partidos politicos se echen en cara como bolas de barro en el patio de un colegio.

martes, 26 de febrero de 2013

Auditorías a ciegas


Es curioso el empeño de algunos en utilizar auditorias para justificar la tenencia o no tenencia, según se mire, de dinero negro rondando a su alrededor. Desde mi punto de vista, estas ocurrencias se asimilan al siguiente diálogo:

-         Buenos días doctor, quisiera que me dijera si tengo alto el colesterol.
-         Desde luego, un segundo que le preparo un volante para los análisis.
-         No, no doctor, me dan fobia las agujas. ¿No podría decírmelo a ojo?
-         Hombre, eso que me pide usted es imposible, el nivel de colesterol de un paciente no puede verse a ojo.
-         Entonces, ¿no tengo colesterol?

La “absurdidad” (sí me he inventado el palabro) de hacer una auditoría para buscar dinero negro es enorme, el dinero negro es negro porque no se haya recogido en las cuentas de las entidades.

No sé cómo explicaros, hasta que punto es un insulto a la inteligencia el plantear que una auditoría limpia indica la no existencia de dinero negro. Una auditoría limpia sólo nos dice que o no lo hay o está muy bien escondido, pero ya está, no es algo rotundo.

Y hablando de auditorías, resulta que el partido del gobierno se pregunta por qué ninguna de las cuatro grandes empresas de auditoría patrias le quiere hacer una. ¿No será que lo que el partido quiere es que le firmen un papel en blanco para poner luego las cifras?, ¿no será que ninguna auditoria quiere jugarse (y perder) su prestigio por firmar, a sabiendas, una mentira?

Y, es más, ¿por qué un ente público recurre a una empresa privada?, ¿no hay organismos más que suficientes para hacer la auditoría?

País de contradicciones este…

lunes, 25 de febrero de 2013

Ingeniería financiera


Tiburcio Cabanillas era un labriego como otro cualquiera, su apacible vida se reducía a su familia y a su huerto en la Vega del Chorizo Alto. Un día fue a por el pan y, al llegar a la panadería de Nicolás, se dio cuenta de que se había olvidado el dinero. Como Nicolás era un fiel cliente de Tiburcio llegaron a un acuerdo: a cambio de tres barras de pan, Tiburcio se comprometió a entregar a Nicolás una sandia cuando llegara el momento.

Como los dos solían olvidarse de las cosas, Tiburcio apuntó en un papelito: “Vale por una sandía gorda. Firmado: Tiburcio Cabanillas”. Cuando el labriego abandonó la panadería, Nicolás de felicitó por el buen negocio que había hecho, pues tres barras costaban 1’50 euros y, sin embargo, él solía comprar las sandías por 2 euros a Tiburcio.

Al rato, llegó doña Felisa a la tienda, vio el papel de la sandía y se interesó por él. Nicolás, un ávido negociante, le contó a doña Felisa que, como se preveía que la cosecha fuera mala, él había decidido asegurarse para sí una de las jugosas sandías de Tiburcio. La clienta, ante la posibilidad de quedarse sin sandía durante el verano, decidió hacerle una oferta a Nicolás: pagaría 2’50 por el papel de Tiburcio.

Cerrada la transacción, ambos intervinientes quedaron satisfechos, él con el beneficio y ella con su sandía asegurada. Con el reconocimiento de deuda bajo el brazo, doña Felisa llegó a su casa y presumió de su previsión ante su marido. Éste, consciente de que ante una escasez de sandías, el papelito que traía su mujer aumentaría de valor, decidió que podía pasar un verano sin postre a cambio de una ganancia. Tras convencer a su mujer y buscar un cliente propicio, el marido de doña Felisa vendió el papelito a don Cosme, por 4 euros.

A don Cosme no le gustaba la sandía, pero reconocía un buen negocio cuando lo veía, faltaban dos meses para el verano y cada día que pasara, el papelito que representaba la deuda ganaría más y más valor, sobre todo, tratándose de una sandía “gorda”. Para hacer la operación más atractiva, don Cosme escribió por el otro lado del papel: “Cesión preferente a posteriori de productos hortifrutícolas con preferencia máxima”. Con el nuevo nombre, la deuda entre Tiburcio y Nicolás sonaba aún más interesante.

El tiempo fue pasando y la “Cesión preferente a posteriori de productos hortifrutícolas con preferencia máxima” fue aumentando de valor.

Cuando llegó la cosecha de sandías, Tiburcio le llevó su expléndida sandía al panadero, éste se la dio a doña Felisa, ésta a su marido, etc… etc…

Tras cumplir con su deuda, Tiburcio fue al mercado a vender sus sandías, a dos euros, extrañado por ver a un loco intentando vender una sandía, muy parecida a la que había llevado a Nicolás unas horas antes, a 40 euros.

viernes, 22 de febrero de 2013

La balanza de pagos, un arma de doble filo


En economía existen muchas formas de presentar los datos. Al igual que el gato de Schrödinger, que podía estar vivo y muerto a la vez o la montaña, que según se mire tiene una pinta u otra.

La balanza de pagos y el déficit comercial tienen el mismo tipo de comportamiento. La balanza de pagos es la suma de todo el dinero que entra y sale de un país y de la balanza comercial. Esta última, es la suma de todas las mercancías que entran y salen de un país. De modo que hablar de balanza comercial y de exportaciones netas es lo mismo.

Imaginad un pueblo en el que, en tiempos de bonanza por el boom del zumo de naranja, el alcalde se vanagloria de que todos sus conciudadanos están comprando Bmw’s. La balanza comercial es deficitaria, pues se compran Bmw’s y se venden naranjas, es decir, se exporta menos de lo que se importa. Entonces la balanza comercial es de 2000kg de naranjas * 10 unidades monetarias – 1000 Bmw’s *1.000 unidades monetarias =     
-980.000 um.

Sin embargo, cuando llega la crisis de la naranja, nadie compra Bmw’s porque no está el horno para bollos, sin embargo, se siguen vendiendo naranjas, aunque sólo la mitad que antes. De modo que, las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones) han crecido una barbaridad. Pero la gente no vive mejor, ni mucho menos. Ahora, la balanza comercial es de 1000kg de naranjas * 10 unidades monetarias - 0 Bmw’s *1.000 unidades monetarias =  10.000 u.m. Que bien, tenemos superavit comercial!!!!

Claro que a lo mejor, lo ideal habría sido: 10000 microchips estupendos * 200 unidades monetarias - 1000 Bmw’s *1.000 unidades monetarias =  1.000.000 u.m. Que bien, tenemos superavit comercial del bueno!!!!

Por eso, cuando los políticos sacan pecho hablando de la reducción del déficit comercial o del aumento de las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones), no se está diciendo necesariamente que la cosa vaya bien. Simplemente se trata de un dato que se puede vender de un modo u otro, pero es un simple dato. Como cuando en estadística se dice que si yo me como un pollo y tu miras hambriento, estadísticamente, cada uno nos hemos comido medio pollo.

Personalmente, para mi el único dato incuestionable es la inoperancia y desfachatez de nuestros políticos. Eso sí que es igual lo mires desde la óptica que lo mires, sólo tienes que quitarte las gafas de cristal rojo, azul, verde o del color que sean.

jueves, 21 de febrero de 2013

La Desvergüenza del Estado Nacional

Ayer tuvo lugar el Simposio Nacional “Ytumas 2013”, donde políticos de todos los colores, que al final resulta ser sólo uno, morado y de 500, se dedican a decir a los demás las medallas que se han autoimpuesto y las medallas que deberían quitarse los demas.

Lo único aprovechable del día fue el anuncio de Mariano Rajoy de que en 2014, los autónomos y pymes no tendrán que pagar el iva que no hayan cobrado. Curiosamente, esta medida que es DE SENTIDO COMUN, se vende como una innovación. Alucinante.

Por otro lado, para luchar contra el desempleo juvenil, el señor presidente tiene la brillante idea de, entre otras cosas, crear un nuevo contrato. En un país en el que tenemos más contratos diferentes que árboles, en el que se pide la existencia de un solo contrato que ni blinde a unos ni desampare a otros, la solución del presidente es inventarse un contrato nuevo. Y en cualquier caso, da igual, porque tampoco es eso lo que importa.

Mire usted señor presidente, se lo voy a decir bien alto y bien clarito: un empresario no contrata porque ud le bonifique esto o aquello, porque ud le ponga un contrato de semi-esclavitud o porque haga que amanezca dos horas antes para ahorrar luz. Un empresario contrata si lo necesita y, mientras no lo necesite, no contratará.

Eso nos lleva a la siguiente pregunta: ¿qué hace falta para que lo necesite?, ¿qué es necesario para que se invierta en este país? Pues mire ud, señor presidente, para que se invierta en un país hacen falta dos cositas: seguridad jurídica y unos impuestos no confiscatorios.

Por si no se ha dado cuenta, España tiene los impuestos más altos de la OCDE, que manda narices con los sueldos que tenemos. ¿Quién arriesgará su dinero sabiendo que lo poco que gane será CONFISCADO para financiar a una troupe de vividores improductivos? Y de seguridad jurídica y unidad de mercado en las 17 Españas no hablemos…

Nos dice ud que el déficit se ha reducido… solo faltaba teniendo en cuanta el enorme esfuerzo que ud y sus amiguitos de todos los colores han cargado sobre nuestras espaldas, y eso que no ha sumado lo que ha dado a la banca. Las nuestras le digo, porque uds no han hecho ni el más mínimo esfuerzo por recortar sus privilegios. Encienda ud cualquier emisora de radio, la tv no vale porque bien saben uds el férreo control al que está sometida, y escuche lo que todo el mundo pide: REFORMEN LA ELEFANTIÁSICA ADMINISTRACION DE UNA P.TA VEZ, señor presidente.

Nos hablan de un pacto contra la corrupción, nos hablan de medidas, nos hablan porque no saben hacer otra cosa más que hablar. El problema no son las medidas, no son las leyes, le recuerdo que España es el país europeo con más leyes, cerca de 200.000. El problema está en que las leyes que hay no se cumplen. El problema es que cuando se cumplen, las pocas veces, UDS INDULTAN A LOS CULPABLES. Le recuerdo que, imputados por accidentes de tráfico aparte, los indultos a corruptos son de los más numerosos, sr Rajoy.
Al final, la verdad es que uds no han hecho nada a excepción de seguir hundiendo el país, ser blandos con los fuertes y corruptos y fuertes con los débiles que no pueden defenderse. Son uds unos abusones como los que hacen que los niños se suiciden en los colegios, a la vista está el número de suicidios que hay.

Desvergüenza…

martes, 19 de febrero de 2013

Guerra de divisas: moneda fuerte, moneda débil

Últimamente se habla cada vez más de la posible existencia de una guerra de divisas. Pero, ¿realmente sabemos que es y que implica una contienda de este tipo? En primer lugar, hemos de analizar los pros y los contras de tener una moneda fuerte o débil para entender lo que conllevan este tipo de enfrentamientos.

En primer lugar, hemos de tener en cuenta que una moneda no es débil o fuerte porque sí, sino en relación a otra. Normalmente, esa otra es el dólar y digo normalmente, porque es en dólares en lo que cotizan los activos más típicos: petróleo, oro, gas natural, etc…

Que una moneda sea débil respecto al dólar implica que comprará lo que necesite a alto precio y, cuanto más débil, mayor precio pagará. Si un corrupteuro cotiza a 0,50 dólares, dos corrupteuros serán un dólar. Si un barril de petróleo cuesta 100 dólares, necesitaremos 200 corrupteuros para comprarlo. Ahora supongamos que el corrupteuro se devalua un 50%. En ese caso, un corrupteuro cotizará a 0,25 dólares y ahora el barril de petróleo costará 400 corrupteuros.

Para los ciudadanos de Pringalandia, país originario del corrupteuro, de repente la gasolina costará el doble (como mínimo). Sin embargo, hay un lado bueno, lo que produzcan se venderá más barato, pues si un ciudadano norteamericano compraba antes una calculadora de Pringalandia por 1 dólar, tras la devaluación, cada calculadora le costará 50 céntavos de dólar y más norteamericanos podrán comprar calculadoras.

Los ciudadanos de Pringalandia verán como sus fábricas de calculadoras venden más y, en teoría, podrían ver como aumenta la contratación de gente para fabricar calculadoras.

El caso de la moneda fuerte es todo lo contrario. La gasolina (importaciones) se abarata y las calculadoras (exportaciones) se encarecen.

¿Qué es entonces lo que se pretende con la guerra de divisas? Ganar eficiencia o competitividad a costa de otros. Yo traslado las carencias de mi sistema productivo a la moneda.

Una devaluación puede ser beneficiosa, el problema surje de cuando todos tienen la misma idea e intentan devaluar para favorecer sus exportaciones. Eso es lo que está pasando ahora, todo el mundo intenta salir de la crisis a costa de los demás, ese es el motivo por el que se ha devaluado el Yen, por el que se devaluó la Libra y por el que el Yuan, la moneda china, está tan barata.

¿Guerra de divisas? Claro, a falta de ideas se tira de lo conocido… funcione o no…

Pd: sí, me dejo mucho, pero qué queréis si este tema da para varios libros…

lunes, 18 de febrero de 2013

Crecimiento, empleo y otras medias verdades

Desde la clase política se nos está insistiendo en que a partir de tal o cual fecha podremos ver crecimiento. De forma subliminal, se nos insta a creer que crecimiento económico equivale a aumento del empleo. Sin embargo, esta ecuación no es un axioma. Permitidme que os lo demuestre:

Un país llamado Credulonia fabrica 1.000 coches al año empleando a los 1.000 trabajadores de que dispone. Cada coche tiene un coste de fabricación 500 unidades monetarias (incluyendo mano de obra y materias primas) y se vende por 1000 unidades monetarias.

El gerente de Credulonia Cars SA decide que, para ganar más o competir en el exterior con otras marcas,  necesita aumentar la producción con los mismos costes laborales o mantener la producción con menores costes.

Con tal fin, el señor gerente sustituye al 90% de la plantilla por robots, dejando contratados tan sólo al 10% de los trabajadores que antes existían. Al fin y  al cabo, alguien tendrá que poner aceite y reparar los robots cuando se estropeen.

Como los robots no cobran salario y trabajan las 24 horas, en lugar de las 8 que trabajaban las personas, se triplica la producción de coches. En Credulonia Cars, ahora se producen 3.000 coches al año, de modo que se ha triplicado la producción gracias a un fuerte aumento de la productividad.

Sin embargo, ahora en Credulonia hay un 90% de desempleo a pesar del gran crecimiento experimentado. Aunque el gerente de Credulonia Cars se ha subido el sueldo, para premiarse por su brillante idea, los crédulos ya no consumen tanto, ahora están parados y miran mucho sus gastos, de modo que es probable que, a la larga, Credulonia Cars quiebre.

Pero eso ya es otra historia…

viernes, 15 de febrero de 2013

Una humilde lección de macroeconomía


Cuando se habla de macroeconomía, una de las principales magnitudes que se manejan es el PIB o producto interior bruto. Aunque la palabra macroeconomía impone respeto por parecer un término oscuro utilizado por gente seria, nada más lejos de la realidad.

La macroeconomía es la suma de todo y, el pib, no es sino la suma de todas las barras de pan que se venden, todos los euros que se invierten en negocios y todas las naranjas que se envían al extranjero, entre otras cosas.

Cuando un político o economista dice que el pib ha caido, lo que está diciendo es que se ha comprado menos pan, menos coches, se han abierto menos negocios y se han vendido menos naranjas a los ingleses para que hagan zumo.

Los componentes del pib son cinco: consumo, inversión, gasto público neto, importaciones y exportaciones. Pero, como dijo Jack el Destripador: vayamos por partes.

El consumo es un viejo amigo nuestro y también el principal elemento del pib en las economías occidentales. Esto hace que cuando la gente deja de gastar se estime que la economía empieza a decrecer. Al final, se trata de que lo que decía Keynes, aquello de que la demanda manda (hay que fabricar lo que se quiera consumir), ha dejado de funcinar. Por eso cuando el consumo estornuda, la economía se resfría. También tiene algo que ver el crédito dado (que significa consumo adelantado, pues en en lugar de ahorrar y comprar algo en un año, pido un crédito y lo compro ya) y el fomento del consumo por el consumo o el famoso tanto tienes tanto vales.

La inversión es algo más desconocida, básicamente proviene del ahorro que se deposita en los bancos y que luego estos prestan para que las empresas u otras familias inviertan. Sin ahorro y sin crédito para inversión, este parámetro, el segundo más importante del pib, se vienen abajo. Además, no os quiero decir qué pasa cuando no se invierte en crear nuevas empresas, puestos de trabajo, etc…

El siguiente es otro viejo amigo, el gasto público neto, es decir, ingresos o impuestos (que nombre tan desciptivo, ¿verdad?) menos gastos. Este agregado viene de todos los bolis, folios y portaviones que el sector público consume. Según el amigo Keynes, si la economía va para abajo nada como un chute de gasto público, padatón palante y ya se pagará la factura. El problema surje cuando el patadón lo han dado familias, empresas y administración y no queda nadie para pagar la cuenta.

Finalmente, están las exportaciones e importaciones. Vendemos naranjas y compramos gasolina. Últimamente se habla del aumento de las exportaciones y se abandera esto como posible punta de lanza en la salida de la crisis. Sin embargo, la estadística que es muy agradecida, nos dice que si antes de un pib de 100 exportábamos 25, las exportaciones eran un 25%. Si ahora de un pib de 75 seguimos exportando 25, se trata de un 33%. ¿Hemos aumentado las exportaciones? Puede que éstas hayan crecido algo, pero no tanto como se empeñan en que creamos. Más que nada porque ¿quién compra?

En resumidas cuentas, según la macroeconomía, la economía crecerá cuando se puedan comprar más barras de pan (menores precios, menores impuestos sobre el pan o mayores salarios), o cuando las familias ahorren más (menores precios, menores impuestos sobre el pan o mayores salarios) y ese ahorro se preste para ser invertido, o el sector público gaste, ineficientemente, más (una hermosa trampa) o, finalmente, vendamos más naranjas o vendamos algo en menor cantidad pero mayor valor o compremos menos petróleo (bajando ése 70% de transporte de mercancías por carretera).

La macroeconomía no es difícil, basta con ponerle un poco de cariño.

miércoles, 13 de febrero de 2013

El placer de equivocarse

Ayer, a pesar de lo que habían dicho, se aprobó tramitar la iniciativa legislativa popular contra los desahucios, aunque estoy bastante convencido de que más adelante la tumbarán, al menos el clamor popular sirvió de algo.

Personalmente, estaba completamente convencido de que la echarían atrás de primeras, de modo que ha sido todo un placer equivocarme.

Espero que dicho placer me dure todo el día pues hoy tengo el último examen de la temporada...

Mañana os veo!

martes, 12 de febrero de 2013

El monopoli español



Sentados a la mesa, ante el tablero del monopoli, estaban los cuatro jugadores: el azul, el rojo, el verde y el negro. A éste último le dieron algunas páginas del libro de reglas para que las fuera leyendo, mientras, el jugador verde se pidió ser la banca, el azul declaró que, puesto que el juego era suyo, cada vez que tirara el dado, saliera lo que saliera, sería un seis. Para finalizar, el rojo se proclamó dueño de las casillas de empresas, pues era amigo del azul y, por tanto, tenía ciertos privilegios.

Comenzaron a jugar y el azul sacó… bueno que más da, era un seis. Le tocó una carta de suerte que ni leyó, el verde le pagó lo que quiso sin dar explicaciones. Además, el azul rebuscó entre el montón de cartas hasta que consiguió dos de salida de la cárcel.

Después tiró el rojo, llegó a la casilla de compañía eléctrica y, como era suya, aprovechó que el jugador negro había ido a por refrescos para todos para tirar otra vez y comprar una calle.

Cuando llegó el negro, tiró. Cayó en la casilla de electricidad y preguntó cuánto había de pagar. El rojo, sin mirar la carta de hipoteca, le dio una cifra, la que quiso. Cuando el negro protestó por lo abusiva de la cantidad, los otros tres jugadores juraron y perjuraron que la cifra estaba bien. El negro, resignado pagó.

El verde ni siquiera tiró el dado, no le hacía falta pues ya era el dueño de todo el dinero. Aunque, en teoría, el dinero era del juego y no suyo, la mayoría de los jugadores, a excepción del negro, estaban de acuerdo en que podía hacer con los billetes lo que quisiera, siempre y cuando les ayudara en sus chanchullos.

Adivinad quién perdió la partida.

Adivinad quién cumplió con todas las reglas.

Lo triste es que el negro no se dio cuenta de que el juego lo había pagado él, por mucho que el azul dijera que era de su propiedad.

España es un país con múltiples libros de reglas, unas para unos y otras para otros. Y donde, los de más allá, ni tienen reglas, ni las necesitan y, si se diera el caso de hacerlo, se las harían a medida.

Por eso hoy se votará en contra de la dación en pago. Por eso tenemos la electricidad más cara que en Francia, por eso tenemos la adsl más cara de Europa, por eso tenemos precios europeos y salarios africanos, por eso aquí no tenemos ley de segunda oportunidad como en otros países…

Por eso la única salida que tendrá el país vendrá de los ciudadanos y no de los políticos. Son el problema, no la solución.


lunes, 11 de febrero de 2013

Tiburones o sardinas



Ayer estaba viendo Salvados, un programa al que soy asiduo, por mucho que me cuenten cosas que la mayoría ya sabemos, pero parece que cuando las ves en televisión son “más verdad” aún.

Cada semana me termino haciendo la misma pregunta, siendo un secreto a voces que nos están fastidiando por todos lados, ¿cómo es que el país aún no está en llamas? Y que conste que digo aún, porque pienso que lo peor está por venir.

La respuesta, creo, viene de los documentales de naturaleza de la 2, y es que España es un país de sardinas rodeadas de tiburones. ¿Os habéis fijado lo que pasa cuando un tiburón ataca un banco de sardinas? Van todas juntas, apretadas esperando que la peor parte se la lleve otra.

Aquí es más o menos lo mismo. Antaño se competía por ser la sardina con mejor casa o coche. Ahora todo lo que se espera es que la desgracia no te toque a ti, sino al vecino… al vecino que no conoces claro, porque si le toca al que conoces, te planteas si no es hora de poner tus barbas a remojar…

Sinceramente creo que el amigo Evole está haciendo un buen trabajo, pero también creo que ese trabajo hemos de rematarlo nosotros, cosa que no está sucediendo. Tal vez simplemente sea que 1984 es hoy.

viernes, 8 de febrero de 2013

Un sueño pasado


Como cada mañana, ella se levantó de la cama lentamente y se situó ante el espejo con los ojos cerrados. Al principio abrió un poquito uno de sus párpados, después el otro y, finalmente, los dos.

Cuando sus pupilas se acostumbraron a la luz, contempló en silencio el reflejo que se había formado ante ella, comenzó a recorrer de forma lenta y callada cada uno de los rasgos del rostro que tenía delante.

Lo que antaño fuera piel tersa, ahora parecía un campo agotado de tanta siembra, lleno de los surcos que sólo el tiempo es capaz de escribir y ninguna goma puede borrar. Su frente estaba llena de las líneas que la preocupación imprime a fuerza de años y desvelos.

Los ojos, que un día sonrieron prósperos, ahora acumulaban lágrimas secas en los bordes marchitos. Surcos y más surcos que habían dejado de esperar el futuro para sopesar un pasado que no habría de volver, marcas de un arado que ni el mas costoso de los maquillajes podría encubrir.

Una mueca incrédula se insinuó en una boca en un ritual aprendido de nuevo cada día. A pesar del torrente de caras cremas que copaban sus estanterías, a pesar de la pila de facturas de una clínica de cirugía estética, aquella belleza desbordante que un día la hizo la más atractiva de todas, se había esfumado para no volver.

Triste, golpeó el espejo resquebrajándolo, rogándole que la próxima vez le mintiera para, al menos, gozar unos instantes del recuerdo de una felicidad olvidada hace tiempo. Deseando que el cristal fuera tan falso como las voces que susurraban a su oído que aún era bella.

Acosada por los recuerdos, se arrastró de nuevo a la cama para intentar dormir de nuevo, para despertar más tarde y, durante unos segundos, antes de encontrarse de nuevo frente a su mortal enemigo y ante la cruel realidad, pensar que todo había sido una fugaz pesadilla.

Felices sueños Economía.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Arruinarse no es gratis

¿Estás mal?, ¿triste?, ¿deprimido?, ¿vives en un bonito loft debajo de un puente porque el banco te ha quitado la casa o, con suerte, has podido realizar una dación en pago?, ¿crees que no puedes caer más bajo?

Te equivocas, las cosas aún pueden ser peor porque el Gobierno de España estará ahí para que así sea.

Aunque creas que lo has perdido todo o tengas una deuda de por vida con el banco, tus desgracias no acaban ahí. Desde sihaycrisis te presento el (redoble de tambores) Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, porque al IRPF y al IVA ya los conocéis, ¿verdad?

Efectivamente, para el Estado el que te quiten la casa o que te permitan darla en pago supone una transmisión de patrimonio y, como tal, tributa a Hacienda, aunque pagará el banco. No así si se trata de una empresa que habrá de pagar IVA por la transmisión de viviendas entregada o un particular que, en determinadas ocasiones, podría ver cómo le meten en el IRPF parte del valor de la casa que le han quitado.

Además, la familia deberá abonar el impuesto de plusvalía, caso de que adquiriera la vivienda antes de un año de la dación, ya que dicha dación en pago se considera una transmisión patrimonial onerosa

Por tanto, no creáis que cuando os hayan arruinado la vida, sólo deberéis dinero al banco, no señor, nuestros amados políticos también estarán ahí para hacer leña del árbol caído.

Da gusto ser español...

martes, 5 de febrero de 2013

Economicismo: la nueva religión

Desde hace un tiempo, no parar de darme vueltas en la cabeza una serie de conceptos que, para un aspirante a economista, son cuan lo menos preocupantes. Supongo que se podrían resumir en una pregunta retórica: ¿os habéis dado cuenta de cuánto se parece la economía a la religión?

La religión se basa en una serie de creeencias y hechos más o menos históricos y se nos pide que tengamos fe en que eso es cierto.

En la economía se presupone que puede existir un crecimiento contínuo, ¿cómo?, no se sabe, pero hay que tener fe.

El economicismo tiene sus mandamientos:

1.- Eres lo que gastas
2.- Honrarás el economicismo consumiendo
3.- Creerás en la multiplicación de la riqueza
4.- Pagarás tus deudas y las que te impongan
5.- Adorarás al dinero por encima de todo
6.- Intentarás enriquecerte por todos los medios
7.- Aceptarás la globalización como verdad absoluta

El economicismo tiene sus profetas

Pensad un poco, Keynes, Adam Smith, Locke, la lista es interminable.

El economicismo tiene sus papas

Al igual que en la Edad Media, cuando el papa tal o cual emitía un decreto, ahora cuando habla el señor Bernanke o el señor Draghi se para el mundo. El BCE y la FED son los dos Vaticanos del economicismo.

El economicismo tiene sus iglesias y sus milagros

El economicismo tiene sus iglesias y sus milagros, allá donde haya una sucursal bancaria podrá irse a venerar al dinero, a intentar realizar el milagro de multiplicación. Se nos convence de que la máxima aspiración del ser humano debería ser tener dinero y hacerse rico, aunque por otro lado, se inunda nuestra cabeza de proclamas del tipo "el dinero no es lo más importante" o "el dinero no da la felicidad".

Se nos compra una parte de nuestra vida, si tenemos suerte, en un trabajo que nos permita ganar dinero, pero los individuos que ocupan la cúspide de la pirámide, no tienen dinero, saben que éste es un mero invento de control de masas, los ricos tienen propiedades, el dinero en sí no tiene valor, y el poco que tiene, se reduce constantemente merced a las impresiones de dinero de los bancos centrales.

¿Queréis ver un milagro? A fulanito le ha tocado la lotería, ahora tiene una vida mejor porque tiene dinero.

Pensad en la globalización. Se nos vende que aumentará la competencia y hará que bajen los precios, que nos igualará en la riqueza... sin embargo es todo lo contrario. La globalización ha favorecido la formación de grandes monopolios mundiales, grandes empresas que se reparten los mercados entre unas pocas, la globalización nos están igualando en la pobreza.

No se a vosotr@s, pero a mí, cada vez me parece más que el economicismo es la religión del siglo XXI y, como la mayoría de religiones, no es sino un método de control de masas.

 En cualquier caso, es algo a lo que tengo que dar más vueltas...

Pd: aún así no creo que la economía o el capitalismo sean malos. Una pistola no es mala, depende del uso que se hace de ella.

lunes, 4 de febrero de 2013

Llueve sobre mojado

El problema de los sobres del PP, pienso, que no es el tema de los sobresueldos en sí, que también, sino que el asunto de fondo es que llueve sobre mojado. Vivimos en un país en el que no hay formación política más o menos grande que esté limpia.

Además, cuando se atrapa a un político robando, o no se le juzga, o se le juzga con años de retraso, de modo que tal vez prescriba el delito, o, si finalmente es declarado culpable, se le acaba amnistiando.

Y mientras los ríos de dinero negro fluyen por dentro de los partidos políticos, los ciudadanos se preguntan por qué no se aprueba la dación en pago, o por qué se privatiza la sanidad (cosa que ya se ha demostrado en Inglaterra que puede ser perjudicial para los pacientes) o por qué se construyen aeropuertos que se privatizan, a posteriori, por un tercio de su coste.

La guinda del pastel llega cuando, a primeros de cada mes, cuando nos enteramos de la cantidad de gente que se ha ido al paro, gente a la que, en el último año, le han subido el IVA, la electricidad, las gasolinas, etc, etc...

Cabría esperar que con todo lo que llevamos de crisis, los más débiles se habrían ido al paro (me refiero a los empleos prescindibles) y que podríamos empezar a hablar de una ralentización en la destrucción de empleo. Sin embargo, lejos de ser así, durante el mes de enero se perdieron unos 263.000 afiliados a la Seguridad Social, un dato mejor que el del Inem pues tiene en cuenta tanto a gente que ha sido despedida como a autónomos que han cerrado su empresa.

Contando, contando, resulta que el año pasado, se destruyeron una media de 2.000 empleos diarios. Y mientras la población está bastante perjudicada por los ajustes privados (despidos y reducciones de sueldos) y los públicos (impuestos y pérdida de servicios), nos enteramos que unos por Merca-Sevilla, otros por el Palau de la Música, otros por la Ciudad de las Artes de Valencia y otros por el "mejor que sobre que no que falte", al final los únicos que nos ajustamos y que, además, tenemos que afrontar nuestras responsabilidades somos los mismos de siempre.

El problema, señor Rajoy, no es de los sobres, es que ya se nos están hinchando las gónadas a los ciudadanos de ver cómo llueve sobre mojado.
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