El primer gráfico que os traigo hace referencia a la
evolución de la productividad y a la de los salarios. Como podéis ver, eso de
que hay que ser más productivos para ganar más es un cuento pues hace años que
los trabajadores son más productivos cada vez y, sin embargo, dicha
productividad no les repercute.
El segundo gráfico es consecuencia del primero. Vemos los beneficios empresariales y los salarios. Como podéis ver, la productividad redunda en mayores beneficios empresariales pero, oh sorpresa, esos beneficios no repercuten en los trabajadores.
La trampa de todo esto la cavan los propios beneficiados de
los beneficios, valga la redundancia, que no se dan cuenta de que todo que el
trabajador deja de ganar, también lo deja de gastar y, al final, les acaba
repercutiendo…
Luego se quejan de que el consumo se desploma...